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| | ~.:. El Amo .:.~
“n …”
Capitulo 2: Grito
--La próxima vez que veas un papelito atorado, tirado o símil, Gakuto, haznos el favor a todos ¡De arrojarte al barranco tu solo!
Si, Ore-sama se encontraba muy enojado, y digo ¿cualquiera, no?, ya que no es algo que ponga muy de buenas a alguien, si mientras paseando por el bosque, en busca del Tesoro Perdido de Ore-sama, cierto pelirrojo advirtie un pedazo de hojita atorada en una rama baja de un árbol que se inclinaba naciente en la cuesta de un barranco, sino muy grande, pues si doloroso -lo que comprobarían todos los miembros del Hyotei-, y en su intento de tomar el papelillo aquel, sirviéndose de la rama de un árbol continuo como soporte, dicha rama no aguantara mucho y se rompiera, haciendo que el pelirrojo cayera y por instinto, tomara de la chaqueta a Oshitari, quien a su vez lo hizo con Jiroh, que venia en la espalda de Kabaji dormido, y este como no queriendo la cosa se sujeto de Otori, y este de Shishido y luego vino Hiyoshi, hasta que llegamos al punto cumbre donde solo queda una persona, que fue Atobe-sama, quien no tuvo de quien mas agarrarse y por ende, todos fueron a dar en cadenita a lo mas profundo de la ramblilla...
Por tanto, vemos a los regulares del Hyotei caminando por el bosque de regreso a la cabaña, cubiertos de lodo –la pendiente del barranco, finalizaba a la orilla del lago-, hiervas, y con cara de pocos amigos, reprochándole a un inconciente Gakuto que es también cargado ahora por Kabaji, –digo, si se te cae todo tu equipo encima no creo que sigas propio de ti, o dudo que siquiera uno siga vivo, pero la cosa es que si sobrevivió, con todo el aire fuera, pero sobrevivió y es lo importante- lo que costaría quitarle las manchas a la ropa –como si ellos lavaran- y de lo que les dolía, cuando un grito proveniente del extremo contrario a donde su cabaña, que apenas comenzaba a vislumbrarse en la lejanía, se abrió paso entre los árboles y la oscuridad, arrancando un segundo mas cercano.
El ruido de los reclamos y quejas acalló al instante… En el cielo anublado se alzaba pálida e imponente la luna, como el ojo vigilante del cazador que asecha a la presa, ávida, por lo que se acerca, disfrutando del temor que infundía en los 8 chicos, enchinandoles la piel… Atobe, quien venia a la cabeza de la comitiva, podía sentir el pavor correr por su cuerpo, e internarse en lo mas profundo de su ser, pero era algo que como capitán del Hyotei, como él mismo, no se podía permitir demostrar a los demás, así que haciendo uso, mas de su arrogancia, de su orgullo, que de aquellas fuerzas inexistentes por el miedo, intentó girarse para dar la cara a sus compañeros, cuando una mano gruesa se ciñó sobre su hombro para después, llevarlo a lo mas profundo… a lo mas profundo de otro barranquito, por que al escuchar el grito, Oshitari se abrazó a Shishido, quien pegó otro grito y agarró a Otori, quien tomó a Hiyoshi y este a Kabaji, que resbaló por el lodo en sus zapatos y como acto reflejo se agarró de Atobe, y todos “fuera abajo” cuando en el delicado equilibrio de milésimas de segundo, Oshitari, débil por el susto, dio un paso en falso a un lado y resbaló jalando a todos hacia el talud situado al presente al lado contrario del primero –suerte, en esta ocasión no había lodo-…
--¡Con un demonio!... Tal para cual…-añadió para si Atobe echando una mirada furtiva y encolerizada a Oshitari y Gakuto, que inconcientes, el primero más por el susto que por que se le viniera el equipo sobre, eran cargados por Kabaji, quien le echó la carga de Jiroh a Otori después de salir del segundo barrancazo aquel.
Por el camino que les restó para llegar a la cabaña, el coraje de las dos caídas nubló el temor y las interrogantes de todos, pero como dijimos, solo “por el resto de camino”, por que apenas entraron en la comodidad de la lujosa cabaña donde planeaban hospedarse una semana, sintieron como el escalofrío de la seguridad que les brindaba, una quizás incompleta o inservible seguridad, les recorría la espalda y devolvía a sus corazones el temor, que ninguno quiso manifestar, aun sabiendo que los demás compartían dicho sentimiento –los demás, exceptuando a Jiroh, que aun dormía, y a Oshitari y Gakuto, cuya razón de inconciencia ya conocemos-.
Así pues, se retiraron cada uno a descansar, habiendo despertado a los tres lodosos durmientes –dos que necesitaron explicación-, y tomando una fugas ducha apenas para quitarse el lodo, urgiéndoles encontrarse pronto bajo las sabanas de sus camas…
Amaneció, pero el sol se escondía tras las nubes de una tormenta naciente en la madrugada y feliz, de poder descargar pronta su furia sobre el bosque conocido como “Hahigeki”. El lugar, era propiedad de la familia Atobe, quienes al tenerle poca estima decidieron dividirla en dos partes, una para campistas y otra para la familia –si un día no tenían ganas de ir a Islas Canarias, a Miami o algún otro sitio de ese tipo-, y que Atobe, después del torneo de Kantou, había decidido ofrecer como lugar de descanso luego de duros entrenamientos, y que poco tardos, los titulares del Hyotei habían aceptado.
Lo que comenzó con grandes planes de fiesta, terminó, o se pensaba terminar con un plan formado de manera individual, y siendo el mismo de todos para huir de tan aterrador sitio: como ninguno trajo nada, mas que lo del primer día –que precavidos; si no los mata el monstruo se mueren de hambre-, tendrían que ir por víveres al pueblo cercano, lo que les brindaba la esperanza de salir de ahí, ir a comprar e inventarse alguna excusa para escapar -de modo tal que al salir uno y otro con sus maletas y “acomodarlas” en la camioneta, nadie dijo nada-. Así que rápidos desayunaron –como saldo de la prisa casi tuvimos cuatro muertos, uno por estar a punto de ahogarse con un trozo de pan que tomó la vía equivocada (Oshitari), otro, por andar viendo al que se estaba por ahogar, no se dio cuenta de que estaba sirviéndose demasiado café hirviendo y cuando las primeras gotas cayeron en su mano, casi se zampa la taza encima (Shishido), a no ser que por gracia de un tercero (Otori), se salvó cuando este tropezó por sus apuros, llevándose de frente la taza que vació su contenido cerca, muy cerca suyo pero sin tocarle, mientras el cuchillo de la mantequilla que llevaba en mano salió volando y pasando muy cerca de una mejilla y cortando algunos cabellos morados (Atobe), incrustándose en la pared.-, y abordaron la camioneta que saldría por el único camino –salida y entrada- del bosque, que para su desgracia –sobre todo de Hiyoshi, que siendo el único que sabia, aparte de Jiroh, manejar, le tocaba de chofer, con la presión constante de todo el equipo y la suya propia encima, además de tener que lidiar con un mar de maletas apretujadas y mal acomodadas-, pasaba por enfrente de la cabaña de donde presintieron, la noche anterior, surgió el grito.
Cuando pensaron que nada malo ocurriría y que podrían irse sin mayores –justo mientras la camioneta cruzaba por enfrente de la morada ya dicha-, un nuevo grito apresuro a ser escuchado… un grito idéntico al de la noche anterior…
Hiyoshi, no pudiendo tener control sobre si y menos sobre la camioneta, comenzó a virar de un lado a otro, estampándose contra uno de los árboles que rodeaban el pequeño claro donde se encontraba la cabaña.
--¡¿Qué sucede?!-Preguntaba Fuji entrando con el semblante temeroso en la habitación que se había destinado originalmente para que compartiese con Tezuka, pero que debido a la noche anterior tuvo que ceder a Eiji.
Enseguida del prodigio se abrieron paso Ryoma –mas dormido que despierto-, Kawamura –con el sartén con el que estaba por preparar el desayuno, en mano, como si fuese un arma-, Momo –abrazando su almohada-, Kaidoh –abrazando, por el miedo, a Inui- e Inui -¿no hace falta que diga que viene abrazado de Kaidoh, verdad?-, que encontraron una rara escena…
Las dos camas del cuarto que habían sido juntadas para hacer una sola para que Tezuka y Eiji -y en caso de que este se soltara, recordando al "koala", no se diera un santo porrazo contra el suelo-, pudieran dormir bien, se encontraban separadas, una a cada rincón. Y en el rincón de la cama izquierda, estaba Eiji, con los pies abrazados y haciendo circulitos con el dedo en la sabana. En el extremo opuesto, en la otra cama, Tezuka sentado, tenía una mano en el mentón, pero más que en este, cerca de los labios…
--¿Qué sucedió aquí?-Preguntó Oishi, que fue el ultimo en llegar dado que el grito lo agarró en el baño.
Fuji comenzó a reír, primero disimuladamente, y después de manera franca y abierta.
--¿Fuji, viste lo que sucedió?-preguntaron Inui y Oishi al tensai.
--Creo que si…-contestó entre risas contenidas.
--¡Dinos!-Exigieron todos.
--Eto… Eiji besó a Tezuka.
Lo más esperado hubiera sido una exclamación, pero en su lugar, todos se quedaron como piedra, y más que nada Eiji y Tezuka…
--¡Fujiko!-Vociferó el pelirrojo volviendo en si y yéndosele encima al genio.
--¿Es eso cierto, Tezuka?-La voz de Oishi sonaba mas que divertida, que preocupada, triste…
--Si…
--¡Pero fue un accidente-nya!-Prorrumpió el saltimbanqui mientras era sostenido por Momo para evitar que agarrara a arañazos a Fuji, a quien de alguna forma le pareció divertido el echo de que Eiji besara a Tezuka, bueno, lo divertido había sido ver la cara que Tezuka había puesto (Fuji, que pasaba por enfrente del cuarto cuando escuchó la exclamación, abrió la puerta justo para ver como Eiji, -que pegó el grito en la cara del capitán- comenzaba a alejarse llevándose consigo una de las camas a un rincón, así como la expresión de sorpresa por el grito y por el beso, del capitán, con los ojos abiertos en totalidad y rojo, rojo como el cabello, y sino es que mas, del as acrobático del Seigaku).
--Así es…-continuó Tezuka.- En la noche debió de soltarse, yo me abre girado y cuando despertamos, aun ajenos a nosotros, y debido a la cercanía, se presento este accidente ¿no es así, Kikumaru?
--Hoi hoi…
En la incomodidad de la situación, pese a la aclaración de la cuestión, por segundos nadie se atrevió a moverse, hasta que un estruendo precisó a los chicos a ignorar lo todo y salir presurosos al patio, donde una camioneta se acababa de estrellarse contra un árbol.
Estaban por llamar a una ambulancia cuando una voz conocida, arrogante y pedante, surgió de dentro.
--¡¿Qué acaso intentas matar a Ore-sama?!
--¡Ayuda! ¡Quítenme a Kabaji de encima!-Pedía a gritos otra voz.
--Oshitari, maldito, me vas a dejar sin herencia… ¡Quita tu pie de ahí!
--Que delicado, Shishido… como si lo necesitaras con Otori.
--¿Yo que?
--Nada…
--¡Oshitari! Quita tu maldito pie
--¡Pero no lo pongas en la cara de Ore-sama, imbecil!
--¡No se puede dormir bien si van chocando como cernícalos por todos lados!
--¿Cómo que?-Preguntaron todos, sorprendidos de que Jiroh supiera y usara una palabra que ni ellos atinaban a saber que era.
--¡Ah, que no se puede dormir como Kami manda si van chocando como brutos por todos lados!...*bostezo* A la próxima yo conduzco…
--¡No!-Se escuchó el alarido inmediato de todos, mas aterrado por la propuesta de Jiroh que por el grito que habían escuchado o el choque.
--No hace falta ¿nee, Kabaji?
--Usss…
--¡Si estas conciente, quítateme de encima, animal…! ¡Me estas aplastando!
--Oigan ¿están bien?
--¡¿Tu que crees, estúpido?!-Contestaron las demás voces al unisón.- ¡Casi nos matas, bestia!
--Que genio…
--¿Qué yo que?
--Es un decir, Oshitari.
Poco a poco fueron saliendo de sus enredos de pies, manos y demás, uno a uno los titulares del Hyotei.
--¡Puedo respirar!-Gritó Gakuto al salir entero de debajo de Kabaji.- ¡No morí!
--Melodramático.-Dijo Oshitari sacando su pie de la camioneta por la ventana trasera, para quedar al fin todo fuera.
--Claro, como a ti no te aplastaba tamaña bestia…-Refunfuño el pelirrojo.
--Y al contrario, era él quien aplastaba…-Agregó Shishido.
--Ya, ya entendí… idiotas.-Dijo lo ultimo en un susurro que esperó fuese oído tan solo por él…
--Te escuchamos, maldito-… pero que si llegó a oídos de los otros dos, que le acuchillaron con la mirada.
--¿Están bien?-Preguntó Tezuka acercándose a los accidentados que acababan de advertir la presencia de los otros.
Con una clara sorpresa, los regulares morados se acercaron a donde sus rivales, asintiendo con la cabeza.
--¡¿Alguien puede ayudar a salir a Ore-sama?!
Cierto, Atobe, en uno de esos pocos gestos de altruismo que tenia, había ayudado a salir a los demás por delante, diciendo que Ore-sama podría salir solo después, cosa que era mentira ya que esta bastante atoradito entre las maletas mal echas de sus “compañeros”. Eiji y Oishi se acercaron pronto a socorrer al capitán del Hyotei quien, terco, decía que saldría por la puerta que quedaba libre –la otra estaba magullada y aplastada contra el árbol-, como todo líder, y no por alguna ventana, pero para esto se necesito que las maletas abrieran paso, lo que lograron poco a poco… al final, jalando a Atobe, cada uno de una mano –porque la puerta esa tampoco quiso abrir y tuvieron que sacarlo por la ventana pese a sus quejas-, este logró salir cayendo encima de Eiji, quedando muy cerca el uno del otro… Atobe, no pudo evitar fijarse en el hermoso cobalto de los ojos del pelirrojo, y este a su vez, en ese raro morado de los del capitán del Hyotei.
--¿Estas bien?-Preguntó Oishi con un tono de molestia mal disimulado, tanto por la cercanía, como por el echo de que ninguno de los dos parecía incomodarse con la misma y menos, quererse separar.
--¡Si!-Dijo levantándose y acomodándose el cabello, un tanto alborotado por la salida rápida y el choque.-Ore-sama siempre esta bien.
--¿Qué es lo que los choc…los trae por aquí?-Preguntó Tezuka que ayudaba a Eiji (quien al principio dudo si aceptar su ayuda), seguido por la mirada irritada del sub-capitán, a ponerse en pie, a su vez que invitaba a los accidentados a pasar a la cabaña.
De este modo, los regulares del Seigaku se enteraron de que habían rentado la cabaña a la familia Atobe, que además, pasaron la noche junto a sus rivales, y que Eiji, había pegado el susto mas grande de sus vidas dos veces a los titulares del Hyotei al gritar, la noche anterior y esa mañana. Por su parte el Hyotei tenia la cara mas roja que un tomate… incluso Atobe, quien insistía en que nunca se asustó, por que después de todo ¿Cuándo se asusta Ore-sama? ¡Nunca!
Entonces llegó el turno de que los Seigaku –Momo, Ryoma y Eiji-, dejaran de reír para explicar lo de la noche anterior –y se pusieron a temblar-. Venida la parte donde Inui mostraba la nota al otro equipo, Gakuto golpeó la mesa con las palmas de las manos y se puso en pie rumbo a la camioneta, y ante la mirada de incomprensión de los demás, al regresar, extendió la mano izquierda frente a todos y enseño el pedazo de hoja que la noche anterior había sido el detonante de muchas cosas –énfasis en “caídas”-.
Aquel pedazo de papel era idéntico al que tenían entre manos los del Seigaku, con las mismas manchas carmesíes…
--“n…”-la única cosa escrita…-Amón.-Dijo Inui.-El nombre de un antiguo dios egipcio, representante del sol, conocido también como Amón-Ra…-Guardó silencio unos momentos... muy a su pesar, comenzaba a creer que de una u otra manera, aquello no era una simple broma, por que después de todo:-¿Se le puede llamar coincidencia a que ustedes encontraran este pedazo de papel en la oscuridad, justo la misma noche que nosotros encontramos este?...-señaló la nota.
Todos se sumergieron en una reflexión silenciosa y temerosa…
El cielo matinal, nublado por la tormenta que amenazaba con caer de un momento a otro, se ilumino cerúleo cuando un relámpago seguido de su trueno hizo retumbar las ventanas… gritos aterrados comenzaron a escucharse luego de que la luz se cortara de tajo y con el cielo deslucido, el lugar se sumiera en la oscuridad, e introdujeran lo relámpagos que precedieron, la sombra de un ser inhumano por el dintel de la puerta, extendiéndola por el suelo de la sala hasta los pies de los titulares...
Para cuando la energía regresó a los pocos segundos… Atobe tenia a Momo y Ryoma encima, Fuji a Inui y Kaidoh, Tezuka, a todo el Hyotei, y Oishi, a mansalva que estaba en la cocina –de la cual, se encontraba a unos cuantos pasos antes de desaparecer-, victima de Eiji, quien estaba a su lado, e indudablemente acababa de par lo mismo de la noche anterior.
--Nya.-la sombra, había resultado nada más y nada menos que…
--¿Karupin?-preguntó Momo extrañado.- ¿Qué hace tu gato aquí?-Miró a Ryoma quien negó con la cabeza.
--En la madrugada escuche un ruido en mi maleta, la abrí, y ahí estaba… y cuando desperté, creo que no estaba…
--¿Cómo que crees?
--Ryoma estaba casi dormido cuando acudió al beso de Eiji-Dijo Inui.
--¿Cuál beso?-Preguntaron extrañados los del Hyotei dejando a un lado el pánico, con la mirada intrigoza posada en el chico de gafas gruesas.
--Uno que le dio a Tezuka.
--¡¿A Tezuka?!
--Si, a mí.-Atrajo la atención de todos el capitán del Seishun-¿pero les parece si se bajan de encima mío para que les explique el “accidente”?
Los chicos, avergonzados, accedieron.
--Ju, ju, pobre capitán.-Se burlaba Momo.
--¿Pobre capitán?...
Hasta ese momento, tanto Momo como Ryoma se dieron cuenta de que estaban trepados y abrazados a Atobe…
--Si quieren seguir hablando mas cómodamente y con un cafecito, ¿les parece si se bajan primero de ¡Ore-sama!?
E imitando a Momo y Ryoma, Inui y Kaidoh soltaron a Fuji, que ni “pío” dijo.
La situación del beso fue explicada por Tezuka, y Eiji, con la cara arrebolada hasta las orejas, evitaba la mirada de cualquiera mientras Inui intentaba revivir a Oishi, a quien el saltimbanqui se había aferrado más fuertemente que la noche anterior, y al que apenas si Fuji consiguió quitarle de encima.
El pequeño Karupin, como buen gato, se acurrucó en el pecho de Ryoma, quien lo cargaba entre brazos, y ronroneando, se quedó dormido sin hacer el menor caso a la discusión de si fue accidente o es que se traían ganas desde cuando, con miradas de “no se hagan los inocentes, si bien que ese beso no nos la creemos que fuera accidental, y pa’ mi que algo mas iba o sucedió”, disímil con la mirada de “Si dicen que fue accidental, tuvo que ser accidental, es que no hay otra explicación, y punto y tampoco hubo nada mas… ¿verdad?” de Oishi…
Los actores de esta obra se han reunido ya en el escenario… una letra mas, una pista más del rompecabezas que habrán de armar poco a poco antes de que el Amo… llegué… cubierto por el manto de la noche, gozoso por las victimas de las cuales habrá de disfrutar…
Notas de una PoTista Obsesionada Yaoista Compulsiva Maniática Maldita:
Hayooo! Pues aqui el segundo capitulo... tarde, pero llegó... -la universidad, es muy dificil T.T-, pero bueno XP, la cosa es que esta otaku que antes era vaga, y ahora una otaku PoT, les trae el segundo capitulo, escribiendo ya el tercero y otros dos fics que espero igual los lean: Proyecto E. XY (Summary: Golden, Stronger, Data-shh, Ah-Umn, Sleep y las que surjan de ellas… puros chicos, pocas cosas que hacer, muchas hormonas, y una pregunta: Señores, ¡¿Quién quiere ser mamá?! y recuerden: ¡Prohibido el sexo!... ¿aguantaran?) y Tsubame Gaeshi (Summary: [Yaoi] El ave que planeaba en el cielo raso, bajo el sol. El gato, que asechaba oculto, bajo la pálida luna… ¿Por qué Kamisama llora sobre dos alas segadas?... Por que esas alas son del ave, cuyo canto triste parte el día y la noche con el atardecer…)Edited by eX.Dream - 21/10/2007, 19:33 | | | |
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