Ale, pues u.u eso. El primer fic de PoT que hice... xD puse la primera parte de dos..., porque me salió largo y así no se cansan al leer x.x
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Tennis no Ohjisama
Domingo
Abrió los ojos lentamente, tapa su rostro con el torso de su mano izquierda evitando la luz del día que entraba por la ventana.
Con su mano derecha alcanza el despertador que se hallaba en la cabecera de la cama. Con los ojos entreabiertos aún por el sueño observó la hora.
-13:15 pm…- Pronunció.
Se quedó fijo mirando el despertador. Parpadeó un par de veces y dio un respingo sobre la cama haciendo que su fiel amigo, Karupin, cayera hacia un lado. Se levantó de la cama extrañado por la hora que era, supuestamente, aunque fuese su día libre y él deseara quedarse durmiendo casi toda la mañana, su padre siempre lo hacía levantar de buena manera.
Bajó las escaleras con pesadez haciendo un que otro bostezo, se notó aún más extraño.
Un silencio invadía toda la casa. Se dirigió hacia la cocina y no encontró a nadie, sobre la mesa del comedor pudo ver un trozo de papel, lo cogió y leyó atentamente.
¡Hey, shounen! Tu madre y yo nos hemos ido a visitar
a unos parientes. Eso significa que te quedarás casi todo el día solo…
P.D: Tienes mi permiso para invitar a alguna jovenzuela, ¡que ya estás en la edad!
Suficiente. Arrugó el papel irritado, su padre nunca cambiará. Se acercó a la nevera para sacar un par de botellas de leche, al cerrar la puerta pudo ver otra notita pegada en ella, la cogió y leyó preparándose por si fuese otra tontería por parte de su padre.
Ryoma-san, he salido con unas amigas a hacer un trabajo de clase, llegaré algo tarde.
Espero que no te moleste estar todo el día solo, los tíos también han salido.
Se trataba de Nanako, su prima, suspiró aliviado. Notó que al final de la nota había algo escrito.
Hay otra nota en la puerta de la nevera.
Volvió a arrancar el papel de la nevera y leyó. Comenzó a sudar cada vez que iba leyendo, tragó saliva volviendo a leer con detenimiento por si había leído mal.
¡Gomen, Ryoma-san!
Como ya sabrás los domingos hago limpieza a fondo en la casa, como estaré todo el día fuera…
¿Podrías hacerlo por mí?
Además de limpiar a fondo la casa, deberías cortar el césped del jardín, dar un baño a Karupin.
Por supuesto no olvides de barrer la entrada.
¡Ah! Ya sé que esto se ocupa el tío pero…, me ha pedido que lo hagas por él.
¿Podrías también lavar su coche?
¡Gomen si tenías algo que hacer! Pero ya iba siendo hora de que ayudaras en algo. Cuida de la casa mientras tanto.
Nanako.
Maldijo su mala suerte, si bien ha deseado más de una vez estar solo en la casa, pero no de esa manera, limpiando todo el día. Dio un suspiro resignado, observó su alrededor imaginando lo que le esperaba para el resto del día.
Sería un día muy largo.
Abrió nuevamente la nevera, observando si había dejado algo para comer. Nada. ¿Tendría que ponerse a cocinar además?
Se dirigió hacia los cajones de la cocina y sacó una pequeña billetera, dibujó una pequeña sonrisa en su rostro. Pediría comida del restaurante de Kawamura y de paso, para fastidiar a su querido padre, lo pagaría con su dinero ya que encima lo dejan solo en la casa y haciendo las tareas. Su padre lo pagaría.
Había algo que no iba bien, se dio cuenta que había algo muy importante que faltaba.
-Meow…-
Volteó hacia su derecha, Karupin yacía sentado junto a su plato de comida. ¡Comida para Karupin! Sabía bien desde el día anterior que hacía falta comprarle, al ver que ya se había terminado lo que quedaba no tenía otra opción que ir a salir en ese momento a comprar más, de todas formas aprovecharía para comprar unas pontas, ya casi no quedaban.
Así que, de unos sorbos se terminó sus dos botellas de leche diarias, fue a su habitación para cambiarse e ir al mandado.
-Ahora vuelvo- Decía mientras se abrochaba los zapatos en la entrada, Karupin lo observaba dando algunos maullidos como entendiendo a su amo.
Era verano y el sol pegaba bastante fuerte ese día, no le desagrada el verano, pero tampoco le gustaba que pegase tan fuerte. Los rayos del sol le daban sueño, aún contando que no estaba totalmente espabilado.
Entró al supermercado directo a lo que quería comprar, comida para Karupin y cuatro latas de Ponta, que se encontraban en una pequeña nevera.
Al salir del sitio, sacó un Ponta de la bolsa y comenzó a beber. Agradeció de que las tuvieran en la nevera, hacía un calor horrible. Iba a paso lento pensando en lo que le esperaría nada más llegar a casa.
Sería un día muy largo…
Suspiró pesadamente parándose de golpe en el sitio, sin darse cuenta que alguien había tropezado con él.
-¡Hey, más cuidado! ¡No pares de golpe!- Volteó su mirada hacia atrás para ver quien era.
-Momo-sempai…-
-¡Echizen!
Se quedó un rato en silencio mirando al mayor, dio un sorbo al Ponta y siguió su camino, como si no lo hubiera visto.
-¡Echizen!- Colocó una mano sobre el hombro del chico haciéndole parar nuevamente.
-¿Qué pasa?- Dijo molesto arqueando una ceja.
-¿Cómo que qué pasa? ¡Se dice “Hola”!- Volvió a tomar del Ponta observando al ojivioleta.
-Hola.- Dijo secamente y volvió a andar tranquilamente.
Tic en el ojo por parte de Momoshiro, ese chico no tenía remedio. Se apresuró a alcanzar a Ryoma, no tenía nada mejor que hacer.
-Cuando no hay entrenamiento, es bastante aburrido, ¿no crees, Echizen?-
Ryoma sabía bien que iba directamente hacia su casa, no hacía nada para darle excusa a Momoshiro para que se largase. Algo maquinaba en su cabeza.
-Humm…- Al dar el último sorbo de su Ponta, guardó la lata vacía en la bolsa para luego tirarla.
-Al parecer te ha tocado ir a hacer el mandado ¿eh?- Decía observando la bolsa de su compañero. Ryoma sólo se limitaba a andar dirigiéndose hacia su destino.
-¿Echizen?-
-Momo-sempai- Dijo al fin. Se paró de repente delante del chico. Momoshiro observó la casa, acordándose que era la de Ryoma.
-Pasa si quieres-
-¿Ah?-
Ryoma abrió la puerta de su casa dejándola abierta para que pasara Momoshiro, era la primera vez o una de las pocas en que el pequeño tenista invitaba a alguien pasar a su casa, por lo que extrañó al ojivioleta. Ryoma se descalzaba, Momoshiro lo imitó cerrando la puerta tras él observando el pasillo de la entrada.
-Decías que estabas aburrido ¿no?- Volvió a hablar adentrándose en la casa seguido de su amigo.
-¿Ah? Pero…-
Entraron en la cocina, Ryoma guardó las pontas en la nevera y dio de comer a Karupin. Se acercó a recoger un trozo de papel y se lo tendió a Momo.
-¿Qué es esto…?- Se limitó a decir al leer lo que contenía el papel, miró confundido a Ryoma.
-Ya sabes, para acabar con tu aburrimiento, qué menos que hacer algo- Una sonrisa arrogante se dibujó en el rostro de Ryoma.
-¿Me estás diciendo que haga de chacha?-
-Mmm, no. Pero sí ayudarme.
Momoshiro tragó saliva, estaba aburrido, sí. Pero no tan desesperado para ponerse a limpiar. Sin decir palabra, dio media vuelta directo a marcharse.
-Hay rumores de que a Momo-sempai le guste una chica de su edad- Dijo haciendo que Momo se parase en seco.
-¿Qué…?-
Ryoma se encontraba de espaldas con los brazos sobre la nuca.
-Huum…, creo que sé quién puede ser…- Volteó quedando de perfil hacia Momoshiro. –Tal vez… la hermana de…-
-¡Ya vale! ¡Ya lo capto! ¡Te ayudaré!- Gritaba un eufórico Momoshiro bastante rojo. Ryoma sonrió para sí.
Comenzaron con la limpieza, pidió a Momoshiro que se ocupara de barrer la entrada, mientras que Ryoma limpiaba los muebles de la salita.
Maldecía el haberse encontrado con Ryoma y también el hecho de perseguirle hasta su casa. ¿Cómo no podía haberse imaginado algo así tras haberle invitado a entrar?
Ya no tenía remedio, tendría que estar toda la tarde ayudándole en la limpieza, si se enteraran los demás sempais…
En la acera de en frente, dos personas observaban a Momoshiro con interés. Uno de ellos no podía evitar soltar alguna risita.
-¡Neh, Inui!- Entre risas hizo voltear a su compañero hacia la casa donde se encontraba Momo. -¿No es ese Momoshiro?-
Inui ajustó sus lentes observando con atención, fijó su vista en la placa de la casa y pudo leer “Echizen”.
-Interesante- Sus lentes brillaron haciendo que su compañero se alejara un poco de él.
-¿Vamos a saludarle? ¡Se supone que está en casa del Ochibi!- Inui lo agarró del brazo impidiendo que avanzara, sacó su móvil y marcó un número.
-¡Jo, Inui! ¿A quién llamas ahora?-
-Espera un poco, Kikumaru-
Oyó sonar el móvil, metido en su bolsillo. Habían interrumpido su lectura, algo molesto cogió el móvil y contestó sin tan siquiera mirar el número que llamaba. Era Tezuka.
-Diga- Dijo secamente.
-Se trata de Momoshiro- Contestó. –Lo encontré en la casa de Echizen limpiando…-
Se pudo escuchar unos pitidos en el móvil.
-Ha colgado- Inui guardó el móvil.
-¡Inui, vamos!- Se quejó el pelirrojo.
-¡Tsk! ¿Quién hubiera dicho que acabaría siendo esclavo permanente de Echizen…?-
-¡Momoshiro!-
Aquella voz le era muy familiar.
-¡Hoi!-
Aquél sonido también.
-¿Qué haces aquí, nyah?-
El colmo. Demasiada coincidencia, levantó la mirada al frente y allí estaba, acompañado por Inui.
No podía pasar nada peor…
-Kikumaru-sempai, Inui-sempai…- Dijo algo nervioso al verlos acercarse. -¿Qué os trae por aquí?-
-¡Neh, Momo! ¿Ésta no es la casa del Ochibi?- Momoshiro tragó saliva. –¿Acaso ayudas con la limpieza?-
En ese momento, la puerta de la entrada se abrió dejando ver al pequeño de la casa. Quedó viendo a los dos visitantes unos momentos.
-¿Qué…hacen los sempais aquí?- Alcanzó a decir, Eiji se abalanzó hacia Ryoma pronunciando un Ochibi estrujándolo en un pequeño abrazo. –Kiku…maru-sempai, me haces daño…-
Eiji aflojó su abrazo de Ryoma sin soltarlo, pero dejándole poder respirar normalmente. Volvió a mirar a ambos sempais, tal vez podría hacer que la tarde que sería bastante larga, la acortase con más “mano” de obra.
-Neh, Kikumaru-sempai…- El pelirrojo fijó su vista en el chico sin soltarlo. –Por casualidad…,¿estabais haciendo algo interesante?-
Momo suspiró al escuchar la pregunta, sabía a dónde quería llegar Ryoma. Pensaba hacerles limpiar también a ellos.
-¿Ah? Pues, la verdad es que no… Los domingos no hay mucho que hacer y es muy aburrido, ¿verdad, Inui?-
-Cierto- Afirmó.
-¿Verdad que me ayudaríais en lo que fuera?-
Kikumaru pestañeó observando desde arriba al pequeño tenista. Primera vez que pedía ayuda en algo. ¿Tendría algún problema? Se preguntaba el pelirrojo.
-¡Claro Ochibi!- Apretó más al chico contra él. -¡Lo que quieras! ¿Verdad, Inui?-
-Hai- Afirmó el pelinegro. Observó de reojo a Momoshiro que sudaba, aunque haga calor parecía nervioso por algo.
Hay un setenta por ciento de que Echizen esté tramando algo…
-¿Seguro?- Volvió a insistir Echizen al pelirrojo. Éste asintió con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Claro!-
Ryoma se zafó de Kikumaru encaminándose hacia la casa, al salir traía un papel en la mano y se lo dio a Eiji.
-¿Are?- Leyó el contenido y observó a Ryoma. -¿Y esto?- Inui observaba el papel que tenía Eiji en sus manos.
-Hum…, es muy probable que quiera hacernos…- Inui ajustó sus lentes. –Hacer las tareas de la casa-
-¿¡Nani?!-
-Sí, esa misma cara puse yo…- Decía Momo aún con la escoba en mano.
-¡Mou, Ochibi!- Ryoma se dejó caer sobre el marco de la puerta mirando de reojo a los sempais.
-Dijiste que harías lo que fuera…- Recordó.
-Demo...-
-Tendrás remordimientos…- Insistía.
-¡Jo, Inui dile algo!- Sadaharu estaba ocupado leyendo nuevamente el papelito, como analizando de quién podría ser la letra.
-Qué diría Oishi-sempai...- Pausó unos segundos, atrayendo la atención del tenista acrobático. –Si se enterara de que…-
-¡Nyah! ¡Va, va! ¡Ayudaré!- Gritó antes de que Ryoma terminara su frase. –No me quiero imaginar otra de esas largas charlas de Oishi…-
-¿Cómo hará este tío para convencer así a la gente…?- Pensó Momo.
El trío observó a Inui, pensando en si se uniría a la limpieza. El chico pelinegro alzó su vista al frente al sentirse observado.
-¿Inui? ¿Ayudas también?- Preguntó Kikumaru. Sadaharu miró a Momoshiro, luego a Ryoma.
-Por supuesto-
Ryoma sintió un escalofrío en la espalda, tener a Inui en casa…, sería peligroso. Su semblante decía que era capaz de todo.
Entre tantas discusiones, decidieron ir a lavar el coche del padre de Ryoma, según Momoshiro y Eiji hacía bastante calor y sería muy refrescante esa labor.
Cogieron lo necesario, para enjabonar el auto y con la manguera aclararlo. Inui se encontraba enjabonando junto con Ryoma, mientras que Momo y Eiji jugueteaban con la manguera, mojándose el uno al otro.
-Se supone que estáis aquí para ayudarme a lavar el coche…- Decía Ryoma sin dejar de enjabonar. Ambos observaron a Echizen y rieron entre ellos, planeaban algo.
-Haai- Dijeron a la vez.
Una mitad del coche se ocupaba Inui y Ryoma, la otra mitad Momoshiro y Eiji, la de estos últimos daban a la calle.
-¡Oh! ¡Momo!- Alzó la voz Eiji para captar la atención de los otros dos. -¿Pero qué has hecho?-
-¡Ah, gomen!- Se disculpó el ojivioleta. Ryoma arqueó una ceja, pero siguió con su labor, pensó que se habían manchado o seguían con su estúpido juego.
-Cuando lo vea Ochibi…- Paró de enjabonar, algo no iba bien. -¿Es el coche de su padre no?-
Tragó saliva. ¿Qué habían hecho?
Se levantó y asomó desde su lado la cabeza algo fastidiado.
-¿Qué…?-
Demasiado tarde, no había caído que podría ser alguna de sus tonterías para llamar su atención. En cuestión de segundos se encontró totalmente empapado, Momoshiro el culpable, claro que Inui que también sentía curiosidad por saber qué pasaba fue otra víctima.
-Inui-sempai…-
-Qué fresquito…- Momo y Eiji sonrieron nerviosamente ante la reacción de Sadaharu. Voltearon a ver a Ryoma, no se le veían los ojos.
-Oh, oh…- Ambos empezaron a temer lo peor. Echizen se agachó y alcanzó algo, Momo al verlo dio señal a Kikumaru para que se preparase.
-Humm…- Murmuró por lo bajo el peliverde, alzó su mirada hacia Eiji. -¡AH!- Exclamó apuntando hacia un lado de Kikumaru, el muy ingenuo cayó y al igual que había ocurrido con Ryoma, acabó totalmente empapado.
-Ah…- Se sacudió como si fuera a secarse enseguida y miró fastidiado a Ryoma con los mofletes hinchados. -¡Eso es trampa Ochibi!-
-¡Momo-sempai!- Volvió a gritar, éste volteó a mirarlo, al ver lo que pretendía hacer, justo cuando le apuntaba con la manguera intentado empaparle, se apartó rápidamente.
-¡Kyaaaaaahh!-
¿Kyah…?
Se extrañó por el grito, no se pensaba que Momo fuera así de… Apartó rápidamente la manguera de esa dirección, había cometido un error, pero pensó que la culpa fue de su sempai Momoshiro, debería haberse quedado quietecito.
-Mou… ¿quién ha podido hacerlo…?- Se escuchaba decir entre sollozos.
Esa voz, pudo alcanzar ver un largo cabello castaño rojizo recogido en dos trenzas, llevaba un vestido rosado sin mangas.
-¡Sakuno-chan!- Se adelantó Eiji. Ella levantó su mirada y observó a los presentes, se sonrojó levemente al darse cuenta de la presencia de Ryoma y bajó un poco la mirada.
-Ko-konichiwa-
Momoshiro se acercó a ambos chicos arrastrando a Ryoma con él.
-¡Gomen, Sakuno-chan!- Se disculpó Momo. –El torpe de Echizen no sabe dónde tiene la cabeza- Ryoma lo petrificó con la mirada.
-¿Ryoma-kun?- Miraba confundida al chico peliverde.
-¡Hai!- Dio unos golpecitos en la espalda de Ryoma. -¡Fue él el que se sobrepasó y te mojó a ti por error!-
La chica bajó más su mirada con las mejillas más sonrosadas, aunque hubiera sido empapada, aunque hubiera sido por error, un accidente, no podía decir nada al respecto, había sido Ryoma.
-¡Pero mírate, estás toda empapada!- Decía Eiji preocupado. -¿Ibas a alguna parte?-
-Obviamente, está en la calle, Kikumaru-sempai…-
-¡Calla, Ochibi!-
-Bueno…, algo así. A casa de Tomo-chan-
Ryoma observó a la chica apenada, se miraba el vestido que intentaba escurrir el agua impregnado en él. Sintió otro apretón por parte del pelirrojo que empezaba a revolotearle el cabello.
-Ya que la culpa fue suya…- Ryoma arqueó una ceja. -¡Neh, Ochibi! ¿Dejarás a Sakuno-chan que entre a tu baño para que se arregle?-
-Pero si está toda…-
-Es igual…- Interrumpió Sakuno. –De todas formas voy porque se me apetecía, ni siquiera ella sabe que iba a ir.
Inui, que raramente se encontraba aún enjabonando el coche, se acercó a ellos al escuchar lo que pasaba. Fijó su mirada en Sakuno, luego en Ryoma que evitaba la mirada de todos.
Sacó algo de su bolsillo y se lo tendió a la chica.
-¿Qué es?- Ryoma abrió mucho sus ojos al ver qué le daba a la chica. -¿Es de Ryoma-kun?- Leyó más el contenido. -¿Te han encargado la limpieza?-
Inui se interpuso entre ellos con una mirada seria, observándolos a ambos. Momo y Kikumaru entendieron qué quería el pelinegro.
-Busca personas responsables para…-
-Inui-sempai…- Interrumpió Echizen algo malhumorado. –No hables más de la cuenta…-
Eiji que observaba la situación sin soltar a Ryoma de él, se le ocurrió una idea. Si la chica había salido a visitar a su amiga Osakada sin avisarla, un domingo, debe de aburrirse… ¿Por qué no invitarla a que ayude? Debería ser divertido, además que se notaba que la chica se sentía atraída por el pequeño tenista.
Así pues, decidió a costa de Echizen el invitar a la chica a la casa, lo cual aceptó muy avergonzada pensando que sería la casa de Ryoma, la primera vez que entraría en ella.
Ryuzaki se sentía feliz, aunque no hubiera sido idea del propio Ryoma, él no se opuso el que se uniera en la limpieza, de hecho seguro que pensará que así se terminaría antes. Momoshiro propuso que la chica no podía dedicarse a la limpieza en esas condiciones, toda empapada, así que, dio la genial idea de cambiarse, ponerse ropa de Ryoma, claro.
El chico gruñó varias veces entre las risitas de los sempais, de ésta seguro que se acordarán, el chico pensó en no contenerse en los entrenamientos, los haría escarmentar.
Condujo a la castaña hasta su habitación en busca de algo de ropa para que se cambiase mientras que la suya se secara. Al entrar, fue directo a los cajones, mientras que la chica observaba toda la habitación, miró hacia la cama y agrandó sus ojos.
-¡Qué monoo!-
Oyó decir a la chica, volteó hacia atrás y se encontró con Sakuno jugando con Karupin, el minino maullaba a la castaña, lo cogió en brazos y miró a Ryoma.
-¿Cómo…cómo se llama?- Preguntó nerviosa por la intensa mirada del chico, tal vez le haya molestado que cogiera al gato. Al ver que Ryoma siguió buscando en unos cajones sin contestar bajó la cabeza apenada.
-Karupin…-
-¿Qué?-
-Se llama Karupin- Repitió sin apartar la vista del cajón, buscando algo adecuado para la chica. La castaña esbozó una gran sonrisa y se aferró más al minino.
Karupin era bastante cariñoso, de un pelaje bastante suave, Sakuno deseó en esos momentos tener un gato en casa, pero le sería imposible, no querían animales. En ese momento observó que Ryoma se había acercado a ella con unas prendas en sus manos, miraba la ropa, luego a ella arqueando una ceja.
-¿Ryoma-kun?- El chico le tendió las prendas, ella colocó a Karupin suavemente sobre la cama y cogió la ropa. –A-arigatou…-
-Creo que…, más o menos te irá bien-
Echizen salió de la habitación dejando a la chica sola para que pudiera cambiarse, volvió a echar un vistazo al cuarto y suspiró. Tan sólo había pensado ir a visitar a Tomoka porque se aburría sola en casa sin tener algo que hacer y ahora se ve en casa de Ryoma con ropas suyas puesta y ayudando a limpiar su casa.
Nunca lo hubiera imaginado…
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Ya luego subo la segunda parte del fic x.x
Edited by Karupin - 29/8/2007, 10:42